carro de combate sherman m4 76mm

El Sherman es un bien conocido carro de combate para casi todos nosotros. Fue un carro rápidamente diseñado y que construído en elevado número entró en combate por primera vez en manos británicas en África, en la época de la batalla de El Alamein.

La evolución del Sherman: El M4 de 76mm

En esa época y en la de la operación Torch, el M4 se mostró como uno de los mejores carros del mundo, a la altura del Pz IV alemán de cañón largo.

Los británicos estaban encantados con este vehículo dado que sus propias máquinas eran mucho menos adecuadas para la lucha carro a carro. Además el M4 era un tanque muy fiable y fácil de mantener, con excelentes cualidades automotrices y con un cañón de 75mm que era perfectamente adecuado para el apoyo a la infantería con munición HE y perfectamente adecuado para combatir en función AT con proyectiles perforantes.

Durante 1942 y 1943, el carro evolucionó poco, aunque hubieran diferentes motorizaciones diésel o gasolina con diferentes tipos de bancadas (en línea, estrella etc.) Sin embargo, no mejoró sustancialmente ni su blindaje ni su cañón.

Lo cierto es, que se hicieron consultas a las tropas respecto a sus demandas en material, y todas las unidades estuvieron de acuerdo en que el M4 se mostraba perfectamente válido para casi todas las tareas. El cañón de 75mm era muy apreciado debido a la amplia gama de munición que podía disparar, y sobre todo por la eficacia de su proyectil de fragmentación.

En USA se tenía ya en avanzado estado de diseño desde 1942 un cañón de prestaciones AT superiores al de 75mm M3 del Sherman. Se trataba de un cañón de 76mm llamado M7 destinado a los cazacarros como el M10. En el verano de 1942 se probó por primera vez este cañón instalado en la torre de un Sherman. Se trataba de un cañón de 76.2 mm y 57 calibres (longitud total del mismo = 76.2X57 en mm). Las pruebas demostraron que era un cañón demasiado largo que cargaba demasiado peso en el frontal de la torre perjudicando el giro de la misma. Como solución (mala de narices) los ingenieros decidieron simplemente recortar la longitud del cañón y dejarlo en sólo 52 calibres, a pesar de la pérdida de eficacia que esto suponía en velocidad de proyectil y por tanto en capacidad para perforar blindajes. Se designó cañón M1 de 76mm.

La evolución del Sherman: El M4 de 76mm

Si comparamos este cañón norteamericano con el 17 libras británico (del mismo calibre, 76.2mm) comprobaremos enseguida que los yanquis hicieron bastante mal su trabajo:

El 17 libras no era mucho más largo, 55 calibres frente a 52. Sin embargo, sus vainas contenían 9 libras de carga propelente (unos 4kg) en vez de las 3.6 libras del 76 USA (1.6kg). Esto hacía que la velocidad del proyectil en el cañón inglés fuera muy superior a la del norteamericano. (También lo era la presión y el ritmo de desgaste del ánima, por supuesto, pero esto era admitido como contrapartida al poder perforante conseguido).

Si comparamos el 76 USA con el diseño alemán equivalente, el 75L70 llegaremos a similares conclusiones: la vaina alemana de ese calibre con 8 libras de carga propelente (3.6kg) alcanzaba presiones de 48.000psi frente a las 38.000psi del M1.

Es decir, un cañón capado, eso es lo que diseñaron los estadounidenses.

Pero si el cañón no era ni mucho menos perfecto, tampoco lo fue su despliegue en las unidades. Cuando por fin se decidió fabricar Sherman con el cañón M1 de 76mm hubo voces en el alto mando que se opusieron alegando que aquello ni era necesario ni era demandado por las tropas (algo similar a lo que pasó con el desarrollo del T-26) El primer prototipo que pasó con éxito las pruebas fue un M4 en agosto de 1943.

La evolución del Sherman: El M4 de 76mm

Ciertamente el M1 tenía serios inconvenientes. El principal era que como cañón diseñado para función AT, se había hecho poco énfasis en su función de apoyo a la infantería y sus cartuchos de fragmentación o HE sólo llevaban una carga de 0.86 libras de explosivo (unos 400 miserables gramos), mientras que el del M3 de 75mm cargaba 1.47 libras (casi 700 gramos). Además, la alta velocidad del proyectil en el M1 suponía invariablemente que se levantaran nubes de humo tras cada disparo, impidiendo apuntar al artillero en sucesivos disparos y ralentizando la cadencia de fuego.

Mientras la controversia en EEUU se prolongaba, las unidades acorazadas seguían siendo dotadas con el Sherman de 75mm. Dándose cuenta los británicos de que los alemanes estaban desarrollando carros mejor blindados tales como el Panther, ofrecieron fabricar su cañón de 17 libras para dotar no sólo sus propios Sherman (como ya estaba previsto) sino también los carros norteamericanos. Éstos, con su habitual sentimiento de superioridad, declinaron el ofrecimiento (más adelante hubieran matado por conseguir este cañón, como ya veremos).

La evolución del Sherman: El M4 de 76mm

El nuevo Sherman con cañón de 76mm fue autorizado (tarde) para producción, comenzándose la misma a finales de 1943 y entregándose las primeras unidades en enero de 1944 a los almacenes y cadenas de transporte. Para solucionar el problema de la polvareda y oscurecimiento a cada disparo, se diseñó un freno de boca, que, a tono con el resto de proceso de diseño, tampoco estuvo listo a tiempo y supuso que prácticamente sólo las unidades finales de producción lo incorporaran.

Como el cañón M1 era más largo, para equilibrar la torre, los ingenieros se vieron obligados a colocar un contrapeso en la parte posterior de la torre. Como resultado, la torre pesaba considerablemente más, era más lenta de giro, y el vehículo también era globalmente más pesado. En condiciones de barro o nieve, la movilidad del vehículo, comparado con el M4 anterior, empeoraba considerablemente. Esto obligó a estudiar un nuevo tipo de suspensión por amortiguadores de accionamiento horizontal con cadenas más anchas conocido como HVSS (horizontal volute spring suspension). Esto permitió reducir la presión sobre el suelo de 15psi a 11psi. Los primeros Sherman con esta suspensión datan de agosto de 1944.

La evolución del Sherman: El M4 de 76mm

Para colmo de desdichas para los pobres carristas yanquis, una vez que los carros fabricados fueron llegando a Gran Bretaña desde USA, no hubo acuerdo en el alto mando sobre cómo desplegarlos. En principio se había acordado dotar a alguna compañía por batallón, aunque había partidarios de no desplegar ninguno en absoluto (¡aún cuando ya estaban fabricándose y almacenándose!) y mantener el viejo 75mm y hubo otros mandos que abogaron por desplegarlos todos juntos en batallones especiales a nivel de Ejército.

La evolución del Sherman: El M4 de 76mm

En Sicilia en 1943, los carristas norteamericanos tropezaron nuevamente (como antes en Túnez) con algunos Tigre de la Hermann Goering, pero estos panzer VI no fueron un obstáculo real gracias al apoyo naval y aéreo y a la enorme superioridad aliada en vehículos. Por medio de los británicos, los norteamericanos tuvieron noticias de un nuevo carro alemán llamado Panther que por lo visto ya había sido visto en acción en julio en Kursk. A los británicos esta noticia les preocupó (igual que a los rusos). Sin embargo, los prepotentes y autocomplacientes mandos norteamericanos supusieron que este nuevo carro germano sería desplegado igual que el Tiger, en pequeñas formaciones de carros pesados (nivel de batallón). Así que tampoco se dieron prisa en solucionar el tema de las divisiones acorazadas aún dotadas íntegramente por carros de cañón de 75mm.

Y entre pitos y flautas nos encontramos en junio de 1944, en la fecha del desembarco de Normandía. Y ahora viene lo bueno. El mando norteamericano había estimado un nivel máximo de bajas en carros de combate en la operación de un 7%. Sin embargo, las cifras reales triplicaron ese dato, un 21% de pérdidas en carros. Las unidades se encontraron luchando en el bocage normando con Tiger y Panther alemanes a los que no podían destruir frontalmente a ninguna distancia y a los que era muy difícil flanquear debido a los altos setos y al paisaje del área de combate. En cambio, todos los cañones enemigos podían destruir el Sherman al primer disparo. Esto fue un shock para los todopoderosos estadounidenses, que seguían pensando que su M4 era el mejor carro medio del momento.

El 2 de julio, Eisenhower en persona se quejó a los responsables de Material quienes como única solución inmediata, crearon una comisión de estudio. (Total para concluir lo mismo que ya sabían los carristas, que su cañón de 75mm era inútil en combate carro a carro). La esperanza se puso entonces en los M10 que ya montaban el cañón de 76mm. Armamento y Material había asegurado a Eisenhower que el cañón M1 podría penetrar frontalmente al Panther a 400 yardas (365m). Nuevamente, se equivocaban. Las tripulaciones del destructor de carros M10 se vieron en serias dificultades cuando observaron sus proyectiles rebotar en las corazas frontales a distancias de 300 ¡y hasta de 200 yardas!. Se comprobó para su consternación que el cañón M1 sólo tenía oportunidades a menos de 180m. Esto básicamente era un suicidio táctico puesto que el 75L70 del Panther podía destruirles a casi diez veces esa distancia.

Además las perspectivas no eran buenas, porque cuando se consiguiera abandonar el bocage y salir a campo abierto, los carros germanos podrían disparar a placer a distancias de más de 1000m con total impunidad.

Así las cosas, Omar Bradley tuvo que tragarse su orgullo y pedir encarecidamente a Montgomery algunos Sherman con cañones de 17 libras. Sin embargo, los británicos habían sufrido ya incluso mayores pérdidas en carros que los norteamericanos, y apenas podían reponerlas. Mucho menos ceder tanques a sus aliados.

A mí me gustan mucho las cifras. Para que os hagáis una idea de la situación, os diré que el 9 de agosto de 1944 los norteamericanos habían perdido en dos meses de combate 875 carros, y los británicos, 1530. La sangría fue tan brutal (a pesar de la superioridad aérea y numérica) que ante las presiones y demandas desde el frente, todos los Sherman de 76mm almacenados desde hacía varios meses en el Reino Unido tuvieron que ser despachados inmediatamente al frente.

Lamentablemente, el cañón M1 no era suficiente. Fue un mal diseño que dejó a los norteamericanos (la primera potencia industrial del mundo) equipados con carros mediocres frente a los últimos diseños germanos.

Las pérdidas en vehículos acorazados siguieron acumulándose a pesar de las impresionantes victorias de verano y otoño. Las cosas empeoraron bastante en diciembre, cuando la ofensiva de las Ardenas volvió a provocar gran cantidad de enfrentamientos carro a carro. Volviendo a las cifras, en enero de 1945 (tras la batalla de la Ardenas) las unidades acorazadas estadounidenses estaban 865 carros por debajo de su plantilla, es decir, con unas pérdidas acumuladas superiores al 30% de su dotación.

Como no había ninguna alternativa al cañón M1, lo único que se pudo hacer por mejorar la capacidad de penetración fue mejorar los proyectiles. En agosto de 1944 empezaron a distribuirse con cuentagotas los primeros HVAP (high velocity armor piercing). Básicamente era una ojiva con un núcleo de tungsteno envuelto en aluminio ligero. Al pesar menos que un poyectil AP normal alcanzaba (para la misma carga propelente) una mayor velocidad. Luego, el denso tungsteno en el área de impacto conseguía aceptables cifras de penetración de blindaje. No obstante, el blindaje sólo era atravesado por el núcleo del proyectil, deshaciéndose en el impacto el ligero aluminio, por lo que el agujero era de pequeño diámetro y los daños interiores era inferiores a los que hubiera producido un proyectil del mismo tamaño pero en acero a la misma velocidad. Era algo similar a los sabot actuales o a los proyectiles subcalibrados.

Con esta nueva munición de la que cada carro llevaba uno o dos proyectiles normalmente, podía penetrarse el mantelete del Panther a 800 yardas (730m).

Además de no tener un cañón adecuado, el blindaje del Sherman era lastimoso. La primera potencia del mundo debía haber dotado a sus carristas de carros medios tan buenos o mejores que los de ningún otro país. Es curioso que mientras del frente llegaban amargas quejas, muchos altos mandos seguían diciendo a la prensa que el Sherman era el mejor carro medio del mundo. El escándalo no estalló hasta enero de 1945, cuando el New York Times publicó varios reportajes del corresponsal Hanson Baldwin, provocando una investigación del Congreso.

Ninguna de las tres soluciones acordadas para solventar la situación tuvieron éxito:

La primera, dejar de enviar carros con cañón de 75 mm a Europa y concentrarse en los nuevos carros de 76mm. Esto era una locura porque como ya se ha visto, las pérdidas eran superiores al 30% y había que cubrir las bajas o admitir que muchas unidades quedarían inoperativas. Los carros de 75mm disponibles tenían que ser entregados a las unidades inmediatamente.

La segunda, rearmar todos los carros de 75mm con cañones de 76. Esto suponía como ya escribí anteriormente un problema de ingeniería para establecer contrapesos, mantener la tasa de giro de la torre y la movilidad de vehículo en general.

La tercera, convertir los 75mm a 17 libras británicos. Esto tampoco era viable porque los ingleses no podían entregar más de 150-200 cañones mensuales y arrastraban sus propias pérdidas. Además es lógico que los británicos, que habían sido más previsores que sus aliados y habían desarrollado el 17 libras quisieran primero servirse ellos. Al fin y al cabo fueron los necios de los estadounidenses los que rechazaron una y otra vez los consejos británicos (que ya habían visto progresar los carros alemanes desde 1939 a 1943 en blindaje y potencia de fuego y que sabían que seguirían mejorando durante 1944-45).

Así estaban las cosas. No obstante, en 1945 la situación era mucho menos crítica debido al colapso del ejército alemán. Las tripulaciones de los panzers (que aparecían dispersos y en pequeñas unidades sin apoyo) eran novatas y poco cualificadas, y la superioridad aérea y numérica aliada era abrumadora.

Tampoco hizo nada la administración americana para mejorar la protección blindada de sus Sherman. Tuvieron que ser sus tripulaciones las que se las ingeniaran en el frente. Se hizo de todo, desde aplicar sacos terreros como parapeto, hasta soldar planchas de blindaje arrancado a los carros germanos destruidos en el frontal y laterales de los Sherman.

Hubo casos incluso en los que aplicaron cemento de considerable espesor al glacis. Veamos algunas fotos:

La evolución del Sherman: El M4 de 76mm
La evolución del Sherman: El M4 de 76mm
La evolución del Sherman: El M4 de 76mm
La evolución del Sherman: El M4 de 76mm
La evolución del Sherman: El M4 de 76mm

Estas fueron las circunstancias en que tuvieron que combatir los carristas de la primera potencia mundial, para vergüenza de sus mandos.

Autor: Wilhelm Heidkamp

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