GRANDES
HISTORIAS
DE
LA
II
GUERRA
MUNDIAL
Stalingrado 1/2
Stalingrado 2/2
Stalingrado en Imágenes
Stalingrado
2/2
Por:
Oscar
Luis
Rodríguez
La
ciudad
de
Stalingrado,
antigua
Tsaritsyn
y
actual
Volvogrado
se
alza
a la
orilla
del
río
Volga,
su
propio
entorno,
un
terreno
lleno
de
hendiduras
y
barrancos
con
apenas
llanos
alrededor
de
ella,
dificultaba
sobremanera
el
clásico
movimiento
en
tenaza
de
los
panzer
alemanes.
Además
la
ciudad
no
era
excesivamente
grande
dado
que
se
extendía
a lo
largo
de
la
orilla
del
Volga
pero
se
adentraba
escasamente
8 Km
tierra
adentro.
En
el
centro
de
la
misma,
dominándola,
se
alzaba
el
Mamayev
Kurgan:
el
túmulo
funerario
tártaro
que
fuera
escenario
de
impresionantes
combates
cuerpo
a
cuerpo
por
su
posesión.
Al
norte,
las
fabricas
que
daban
a
Stalingrado
carácter
de
ciudad
tremendamente
industrializada
para
lo
que
solían
ser
las
ciudades
rusas.
La
fabrica
de
tractores
Dzerzhinski,
la
acería
Octubre
Rojo
y la
fabrica
de
munición
Barrikady,
entre
otras.
Al
sur
encontramos
la
estación
de
ferrocarril
Stalingradio-1
y
los
suburbios
de
Minima
y
Yelshanka,
donde
el
64º
ejército
soviético
de
Shumilov
guardaba
el
flanco
del
62º
de
Chuikov.
Dentro
de
la
ciudad
tenían
desplegados
los
rusos
unos
55000
hombres
así
como
un
centenar
de
blindados.
Mientras
que
el
ejército
alemán
contaba
con
15
divisiones,
unos
100000
hombres.
Mientras
el
resto
protegía
el
flanco
de
los
primeros
y
trataba
de
impedir
que
el
Ejército
Rojo
rompiera
las
líneas
alemanas
y
enlazara
con
los
soldados
de
Chuikov.
Era
sin
duda
este
general
ruso
el
hombre
ideal
para
neutralizar
al
6º
ejército
alemán,
duro,
incluso
con
sus
subordinados,
sabia
lo
que
quería
y
supo
dar
a
sus
hombres
la
confianza
necesaria
para
hacer
frente
con
decisión
al
empuje
alemán.
Muy
distinto
de
Paulus,
hombre
de
mucha
energía
y
capacidad
de
improvisación
que
contrastaba
con
el
flemático
y
reflexivo
general
alemán.
Tras
haber
analizado
los
movimientos
de
la
Whermatch
aprendió
a
neutralizar
parte
del
potencial
de
ataque
alemán,
al
situar
sus
líneas
cerca
de
las
alemanas
(en
ocasiones
a
tan
solo
100
metros)
impidiendo
de
esa
manera
que
la
Luwftwaffe
los
bombardeara
por
miedo
a
alcanzar
a su
propia
infantería.
El
ataque
comenzó
el
14
de
septiembre
dirigido
por
uno
de
los
hombres
de
más
confianza
de
Paulus,
el
general
de
brigada
Von
Seydlitz
Kurbach,
la
penetración,
como
solían
hacer
los
alemanes
fue
doble,
desde
el
norte
y el
centro
de
la
ciudad
tratando
de
envolver
a
las
fuerzas
rusas
y
aniquilarlas
en
el
principal
embarcadero
a
orillas
del
Volga,
por
dónde
estos
recibían
refuerzos
y
vituallas,
en
un
principio
pareció
que
Chuikov
perdía
el
control
total
de
la
batalla,
el
Mamayev
Kurgan
su
puesto
de
mando,
fue
destruido
y la
infantería
alemana
penetro,
casa
por
casa,
hasta
orillas
del
río
Tsaritsa,
donde
ni
siquiera
la
artillería
rusa
de
la
otra
orilla
logro
detenerlos.
Chuikov,
consciente
de
que
todo
estaría
acabado
antes
de
empezar
si
los
alemanes
lograban
aislar
al
62º
ejército,
empeño
todas
sus
reservas
tácticas
en
tratar
de
frenar
o al
menos
entretener
el
avance
alemán
dando
tiempo
a
que
cayera
la
noche,
al
amparo
de
la
cual,
de
la
otra
ribera
del
río
cruzará
la
división
13ª
de
la
guardia
para
tratar
de
recuperar
la
estación
de
ferrocarril.
Ataques
y
contraataques
se
sucederían
en
escasas
horas
por
la
posesión
de
Stalingrado-1,
llegando
a
cambiar
de
manos
en 4
ocasiones,
y 15
hasta
que
finalmente
el
día
19,
quedo
en
manos
alemanas.
También
el
Mamayev
fue
escenario
de
violentos
combates
por
su
posesión,
dado
que
dominaba
la
ciudad
y
quien
estuviera
en
su
cima
podía
observar
todos
los
movimientos
de
su
enemigo.
El
día
16,
Zhukov,
para
distraer
a la
Luftwaffe
del
bombardeo
de
Stalingrado
lanzo
un
ataque
sobre
el
flanco
derecho
del
6º
ejército,
pero
sin
buena
coordinación
entre
infantería,
artillería
y
aviación,
las
bajas
soviéticas
fueron
horrorosas,
para
tan
solo
haber
distraído
el
bombardeo
alemán
durante
media
jornada.
El
día
23,
la
284ª
división
siberiana
de
vio
obligada
a
cruzar
el
Volga
en
apoyo
de
la
13
división
de
la
guardia
que
de
los
10000
hombres
que
la
formaban
se
había
visto
reducida
a
sus
dos
terceras
partes.
Todo
esto
pasaba
en
el
ataque
al
centro
de
la
ciudad,
al
sur,
los
combates
por
la
posesión
del
suburbio
de
Minima,
defendido
por
la
35º
división
de
la
guardia
y la
92ª
brigada
de
infantería
de
marina,
el
combate
fue
feroz
y
sangriento
en
especial
por
la
posesión
del
silo
de
hormigón
que
impedía
la
unión
de
las
dos
líneas
de
ataque
alemanas,
su
defensa
llevada
a
cabo
por
50
rusos,
acabo
convirtiéndose
en
una
leyenda,
en
pequeña
escala
representó
lo
que
fue
la
defensa
de
la
ciudad
llevada
al
limite
de
la
capacidad
de
resistencia
del
ser
humano.
El
propio
comandante
alemán,
Hoffman,
dejó
consignado
en
su
diario
lo
que
fue
la
batalla
por
el
silo:
«No
son
humanos,
son
diablos,
ni
siquiera
las
llamas
pueden
acabar
con
ellos...
por
fin
el
día
22
parece
que
la
resistencia
se
viene
abajo,
hemos
entrado
dentro
y
sólo
hallamos
40
cadáveres
mientras
que
nuestro
batallón
quedo
reducido
a
una
compañía.
Ni
los
más
veteranos
aseguran
haber
presenciado
jamás
un
combate
así...».
La
toma
del
silo
acabo
desmoronando
la
defensa
soviética
al
sur
de
Tsaritsa,
la
92ª
brigada
se
deshizo
ante
un
asalto
alemán
combinado
de
la
24ª
panzer
y la
94ª
división
de
infantería.
Aunque
el
62º
ejército
soviético
de
Chuikov
había
sobrevivido
a la
embestida
alemana,
estos
habían
tomado
importantísimas
posiciones
en
Stalingrado,
el
4º
ejército
panzer
había
tomado
el
Volga
en
un
frente
de 8
Km,
dominando
el
embarcadero
principal.
En
el
centro
de
la
ciudad
ocupaban
también
la
estación
de
ferrocarril
Stalingrado-1
y
habían
desalojado
a
los
rusos
de
la
cima
del
Mamayev
Kurgan,
si
bien
los
disparos
de
la
artillería
de
estos
últimos
habían
impedido
a
los
alemanes
ocupar
físicamente
la
posición.
En
poder
del
62º
ejército
soviético
quedaba
el
área
industrial
del
norte.
La
clave
de
la
incapacidad
alemana
de
arrojar
a
los
rusos
de
la
ciudad
estuvo
sobre
todo
en
su
imposibilidad
de
impedir
que
la
improvisada
flota
de
Rogachev,
trasportara
suministros,
munición
y
alimentos
principalmente,
así
como
soldados
de
refresco.
Exponiéndose
a la
acción
de
la
Luftwaffe
había
trasladado
a la
13ª
división
de
la
guardia,
impidiendo
así
la
rápida
ocupación
de
la
ciudad
por
los
alemanes.
Este
punto
flaco
de
los
alemanes
fue
sin
duda
lo
que
acabo
privándoles
de
una
victoria
que
a
primeros
de
septiembre
habían
creído
inminente.
Para
la
madrugada
del
27
de
septiembre,
Paulus
decidió
lanzar
el
segundo
ataque,
esta
vez
dirigido
contra
el
centro
industrial
de
la
ciudad.
Chuikov
que
mantenía
una
buena
red
de
informadores
en
la
ciudad,
supo
rápidamente
de
los
preparativos
alemanes,
que
tratarían
de
rodear
a su
ejército
alejándolo
del
Volga
para
después
aniquilarlo
dentro
del
complejo
industrial,
por
ello
decidió
concentrar
sus
tropas
principales
en
la
fábrica
de
munición
Barrikady.
Consciente
de
que
si
los
alemanes
lograban
emplazar
su
artillería
en
la
cima
del
Mamayev
dispondrían
de
una
posición
formidable
para
batir
sus
líneas,
Chuikov
ordeno
a lo
que
quedaba
de
la
13ª
división
de
la
guardia
y a
la
284ª
atacar
al
sur
de
la
estación
de
ferrocarril
para
distraer
a
las
fuerzas
alemanas
y la
95ª
atacar
la
cima
del
Mamayev.
Los
rusos
no
atacaban
como
los
alemanes,
en
grandes
formaciones
que
entre
los
escombros
de
la
ciudad
perdían
coherencia
y
contacto
entre
sí,
sino
en
pequeñas
unidades
de
una
docena
de
hombres
que
tomaban
la
posición
designada,
mientras
otra
docena
los
cubría
la
espalda
dispuestos
a
entrar
en
combate
para
frenar
cualquier
contraofensiva
que
quisiera
recuperar
la
posición
perdida.
De
este
modo
la
95ª
división
se
abrió
paso
hasta
casi
la
cima
del
Mamayev,
pero
la
intervención
de
la
Luftwaffe
acabó
frustrando
el
avance
soviético.
La
respuesta
alemana
fue
fulminante,
tres
divisiones
panzers,
14ª,
16ª
y
24ª,
dos
motorizadas,
29ª
y
60ª,
y
otras
seis
de
infantería
atacaron
en
masa
el
complejo
industrial
de
Stalingrado.
La
24ª
panzer
a
Barrikady
y la
100ª
división
de
cazadores
de
montaña
a la
acería
Octubre
Rojo.
En
sus
inicios,
el
ataque
de
la
24ª
panzer
destrozó
el
flanco
izquierdo
soviético
que
guardaba
la
189ª
brigada
blindada,
mientras
la
100ª
de
cazadores
obligó
al
23º
cuerpo
blindado
a
retroceder
hasta
las
inmediaciones
de
la
acería.
Cuando
cayo
la
noche,
Chuikov
era
consciente
de
que
si
no
lograba
a la
mañana
siguiente
reorganizar
sus
líneas,
el
62º
ejército
seria
arrojado
al
Volga
sin
más.
Por
ello
solicito
y
obtuvo
del
mariscal
Yeremenko
que
esa
noche
fuera
trasportada
a la
ciudad
por
la
flota
de
Rogachev
la
193ª
división
de
fusileros
que
se
desplegó
rápidamente
para
frenar
al
inminente
ataque
de
la
24ª
panzer
alemana.
Paulus
para
impedir
que
se
estabilizara
el
frente
allí
mismo,
ante
la
incapacidad
de
la
24ª
panzer
de
seguir
avanzando,
cambio
el
vértice
del
ataque,
trasladándolo
a
Orlovka.
El
saliente
de
Orlovka
estaba
al
norte
de
la
fábrica
de
tractores
Dzerzhinski.
Estaba
rodeado
de
unidades
alemanas,
la
16ª
panzer
de
Hube,
la
60ª
división
motorizada
y
más
al
sur
la
100ª
de
cazadores
y la
389ª
de
infantería.
Los
rusos
defendían
el
saliente
con
tan
solo
parte
de
la
115ª
brigada
de
fusileros
y el
único
batallón
que
le
quedaba
a la
112ª
del
general
Sogulob,
era
una
encerrona
prácticamente
ya
echa,
y
Paulus,
sabedor
de
que
victorias
tan
fáciles
no
abundaban
en
la
batalla
de
Stalingrado,
ordenó
el
día
30
cerrar
las
alas
de
las
posiciones
alemanas
rodeando
completamente
a
los
rusos,
que
tratarían
durante
días
de
abrirse
paso
con
desesperadas
cargas
a la
bayoneta
hasta
que
fueron
totalmente
aniquilados.
Después
de
tan
fácil
victoria,
los
alemanes
retomaron
el
ataque
principal
contra
la
acería
Octubre
Rojo,
llevado
a
cabo
principalmente
por
la
24ª
panzer,
esta
vez
estuvo
a
tan
solo
un
Km
del
Volga,
si
hubiera
llegado
allí,
habría
partido
la
posición
del
62º
ejército
en
dos
mitades,
pero
en
medio
de
una
lucha
salvaje
y
desesperada
la
193ª
división
soviética
logro
frenar
en
seco
el
avance
alemán,
eso
sí,
perdiendo
todos
los
altos
oficiales
de
la
división.
De
nuevo
llegaron
refuerzos
del
otro
lado
del
Volga,
esta
vez
tropas
de
élite
como
eran
la
39ª
de
la
guardia
y la
308ª
división,
otra
vez
la
llegada
de
10000
soldados
de
refresco
arrebataba
la
victoria
a
los
alemanes
de
la
mano,
su
incapacidad
para
aislar
al
62º
ejército
de
la
otra
orilla
del
Volga
era
completa
pese
a
los
esfuerzos
de
la
Luftwaffe.
El
día
1 de
octubre
el
6º
ejército
retomó
el
asalto,
Paulus
decidió
atacar
en
todo
el
perímetro
de
la
defensa
soviética,
quizás
con
la
esperanza
de
ver
si
encontraba
algún
punto
débil,
el
propio
Chuikov
estuvo
a
punto
de
morir
al
ser
alcanzado
su
cuartel
general
por
la
aviación
alemana,
sólo
la
errónea
creencia
de
los
pilotos
alemanes
de
que
no
había
quedado
nadie
con
vida,
le
permitió
salir
con
sólo
heridas
leves.
El
día
4
los
alemanes
decidieron
intentar
forzar
una
brecha
en
la
fábrica
de
tractores
defendida
por
una
unidad
llegada
la
noche
anterior
del
otro
lado
del
Volga,
la
37ª
de
infantería
de
marina
que
se
desplegó
al
oeste
de
la
fabrica,
mientras
a su
izquierda
lo
hacia
la
308ª
división.
Las
unidades
alemanas,
encabezadas
por
la
14ª
panzer
y la
94ª
de
infantería,
atacaron
desde
el
norte,
mientras
desde
el
sur
lo
hacía
la
24ª
panzer
que
logro
avanzar
vario
cientos
de
metros
arrollando
a la
308ª
soviética.
El
día
5
los
alemanes
realizaron,
o
mejor
dicho
trataron
de
realizar
el
asalto
final
conscientes
de
que
poco
a
poco
su
segundo
asalto
a la
ciudad
perdía
empuje
y
los
rusos
lograban
estabilizar
el
frente,
para
ello
la
14ª
panzer
avanzo
hasta
enzarzarse
en
un
furioso
combate
con
la
37ª
de
la
guardia,
finalmente
esta
última
retrocedió
y la
14ª
panzer
ocupo
el
factoría
Silikat,
aislando
en
el
noroeste
de
Barrikady,
a la
6ª
brigada
blindada.
Sin
embargo
el
resto
de
divisiones
alemanas
había
sido
incapaz
de
acompañar
este
avance,
cada
vez
estaba
mas
claro
que
el
ataque
alemán
había
vuelto
a
fracasar,
aunque
ya
tan
sólo
conservara
el
25%
de
Stalingrado,
el
62º
ejército
soviético
parecía
dispuesto
a
resistir
todos
los
ataques
alemanes.
Ante
la
cercanía
del
invierno,
los
oficiales
alemanes
se
desesperaban,
Hitler
para
tratar
de
levantar
la
moral
de
un
cada
día
más
depresivo
Paulus
hizo
trasladarse
a
Stalingrado
a su
ayudante,
el
general
Schmundt
que
dio
la
noticia
a
Paulus,
que
de
tomar
Stalingrado
seria
ascendido
a
mariscal
de
campo
y
pasaría
a
ser
ayuda
de
campo
del
propio
Fuhrer,
siendo
sustituido
en
el
mando
del
6º
ejército
por
Seydlitz.
Igual
que
pasó
al
fracasar
el
primer
asalto
a la
ciudad,
Chuikov
aprovecho
la
tregua
para
lanzar
contraataques
que
desgastaran
las
líneas
enemigas
y
elevaran
la
moral
de
sus
hombres,
así,
el
día
12,
la
37ª
de
la
guardia
atacó
al
oeste
de
la
fábrica
de
tractores,
logrando
penetrar
mas
de
300
metros
en
el
frente
alemán,
parece
una
distancia
insignificante,
pero
reconquistar
esos
300
metros
costaría
a
los
alemanes,
una
vez
se
rehiciesen,
cientos
de
muertos
y
horas
de
lucha
agotadora.
En
venganza
se
adelanto
el
tercer
ataque,
y el
día
14
los
alemanes
lanzaron
el
que
creían
asalto
final
a
Stalingrado.
Dos
divisiones
panzer,
la
24ª
y la
14ª
y
tres
de
infantería,
una
de
ellas
motorizada
atacaron
en
un
frente
de
4,5
Km
al
62º
ejército
soviético.
El
objetivo
principal
era
que
la
24ª
panzer
entrara
entre
la
fábrica
de
tractores
y
Barrikady
hasta
el
Volga
y
partir
el
frente
ruso
en
dos.
Para
ello
el
ataque
más
duro
cayo
sobre
la
37ª
de
la
guardia,
la
112ª
y la
308ª,
entre
escenas
de
un
salvajismo,
incluso
desconocido
en
una
batalla
de
por
sí
tan
cruenta,
los
alemanes
avanzaban
regando
cada
metro
con
la
sangre
de
sus
soldados,
dispuestos
esta
vez
en
no
detenerse
hasta
el
Volga.
Con
la
cercanía
del
invierno
a
ninguno
seducía
la
idea
de
pasarlo
entre
las
ruinas
de
una
ciudad
que
lo
era
tan
solo
en
el
nombre,
hasta
tal
punto
había
llegado
el
grado
de
destrucción.
Pocas
horas
después
de
iniciado
el
ataque
ante
la
apoteosis
destructiva
de
la
Luftwaffe
que
impedía
a
los
rusos
combatir,
la
14ª
panzer
se
abrió
paso
hasta
la
fabrica
de
tractores,
rodeando
a la
112ª
soviética
que
resistió
lo
que
pudo
el
ataque
de
los
carros
alemanes
combinados
con
la
infantería
de
la
100ª
de
cazadores.
Estaba
claro
que
los
alemanes
habían
logrado
una
importante
victoria
táctica,
la
fabrica
de
tractores
estaba
rodeada
por
tres
lados
y
algunas
unidades
alemanas
habían
finalmente
alcanzado
el
Volga
frente
al
complejo
industrial.
Aunque
el
feroz
bombardeo
de
la
artillería
soviética
de
la
otra
orilla
les
impidió
proseguir
tan
prometedor
avance
por
la
orilla
del
río
tratando
de
envolver
al
62º
ejército.
Paulus
trataba
de
cercar
todas
las
tropas
rusas
posibles
en
la
vieja
fábrica
de
tractores,
embolsarlas
y
aniquilarlas
al
típico
estilo
alemán.
Para
ello
lanzo
a la
vorágine
de
la
lucha
una
nueva
división
de
refresco,
la
305ª,
sumando
entonces
ya
seis
las
divisiones
alemanas
que
presionaban
sobre
el
perímetro
del
62º
soviético
en
torno
a la
fábrica.
El
ataque
fue
tan
duro
que
en
los
dos
primeros
días
hubo
divisiones
soviéticas
como
la
95ª
o la
37ª
de
la
guardia
que
literalmente
eran
aniquiladas
a
medida
que
los
alemanes
iban
encogiendo
el
cerco
en
torno
a la
fábrica
de
tractores.
Sólo
entonces
Yeremenko
accedió
a
las
desesperadas
demandas
de
Chuikov
de
más
hombres
y
fue
trasladada
a
través
del
Volga
una
parte
de
la
138ª
división
siberiana,
en
concreto
el
regimiento
del
coronel
Lyudnikov,
poca
cosa
para
compensar
las
graves
perdidas
rusas.
El
día
16
el
ataque
alemán
convergió
en
dos
líneas,
por
el
sur,
hacia
Barrikady,
la
14ª
panzer,
la
100ª
de
cazadores
y la
305ª
divisiones.
Mientras
que
por
el
Sudeste
la
24ª
panzer
y la
95ª
de
infantería.
El
intento
de
nuevo
quedo
abortado
cuando
los
rusos
les
recibieron
con
fuego
de
tanques
modelo
T-34
perfectamente
camuflados
entre
las
ruinas,
y
que
recibieron
a
las
unidades
alemanas
de
vanguardia
con
fuego
a
menos
de
100
metros,
logrando
así
estabilizar
el
frente
una
vez
más.
De
nuevo
para
compensar
las
perdidas
el
resto
de
la
138ª
división
siberiana
cruzo
el
Volga.
Con
el
frente
estabilizado
se
alcanzo
el
clímax
de
la
batalla
como
queda
reflejados
en
las
memorias
de
Chuikov
que
relata
así
como
él y
su
plana
mayor
cruzaron
la
ciudad
en
ruinas
para
alcanzar
el
Volga
y
reunirse
en
una
entrevista
con
Yeremenko,
responsable
del
frente
de
Stalingrado.
«Todo
a
nuestro
alrededor
explotaba
con
un
estruendo
ensordecedor,
los
lanzacohetes
de
seis
tubos
alemanes
mantenían
al
Volga
bajo
un
ataque
continuo.
Cientos
de
heridos
se
arrastraban
hacia
los
embarcaderos
para
ser
evacuados.
A
menudo
teníamos
que
pisar
cadáveres...».
El
18
de
octubre
el
ataque
principal
alemán
seguía
dirigido
contra
Barrikady,
las
divisiones
rusas,
138ª
y
308ª
fueron
atacadas
a
las
mismas
puertas
del
complejo
industrial,
al
atardecer
una
unidad
alemana
logro
separar
las
defensas
soviéticas
que
mantenían
unido
el
frente
entre
la
fábrica
de
tractores
y
Barrikady.
Para
evitar
que
la
308ª
fuera
aniquilada
antes
el
empuje
del
6
ejército,
Chuikov
la
permitió
retroceder
medio
Km,
era
la
primera
vez
que
daba
la
orden
de
tomar
nuevas
posiciones
más
atrás,
con
riesgo
de
que
una
retirada
táctica
se
convirtiera
en
una
huida,
sin
embargo
el
movimiento
le
salió
bien
a
Chuikov,
en
parte
porque
un
nuevo
ataque
de
diversión
ruso,
a
las
afueras
de
Stalingrado
desvió
de
nuevo
la
atención
de
la
Luftwaffe,
que
era
la
que
habría
podido
romper
las
líneas
de
la
308ª
en
momento
tan
critico.
La
perfecta
coordinación
entre
los
rusos
que
defendía
Stalingrado
y
los
que
se
encontraban
en
sus
alrededores
fue
también
uno
de
los
motivos
que
acabaron
llevando
a
los
alemanes
a la
derrota.
Paulus
lanzo
lo
que
le
quedaba
más
fresco
a la
lucha,
con
la
ya
total
desesperación
de
terminar
de
una
vez
con
una
batalla
que
se
hacia
insoportable,
tanto
para
unos
como
para
otros.
El
20
de
octubre
el
6º
ejército
aseguro
definitivamente
la
fábrica
de
tractores
y
atacaban
con
rabia
Barrikady
por
los
cuatro
costados,
intentando
aislar
las
defensas
rusas
de
allí
con
las
de
Octubre
Rojo.
Así
el
22
de
octubre
tres
divisiones
alemanas
se
lanzaron
contra
las
193ª
y
308ª
divisiones
rusas,
de
nuevo
a
las
afueras
de
Stalingrado
los
rusos
trataban
de
distraer
la
atención
alemana,
esta
vez
fue
desde
el
sur
de
la
ciudad,
desde
donde
el
64º
ejército
trató
de
derrotar
el
flanco
del
4º
ejército
panzer,
siendo
rechazados
sin
contemplaciones.
Ya
todo
dependía
de
la
capacidad
de
resistencia
de
los
rusos
que
quedaban
en
Stalingrado.
El
23
de
octubre
Paulus
lanzó
a la
79ª
contra
los
paracaidistas
de
la
39ª
de
la
guardia
que
defendían
Barrikady
por
dentro,
se
produjeron
de
nuevo
escenas
terribles
de
lucha
cuerpo
a
cuerpo,
hasta
que
finalmente
los
alemanes
lograron
ocupar
dos
terceras
partes
de
la
fabrica.
Un
oficial
alemán
que
participo
en
el
asalto
lo
relato
así:
«No
hay
un
respiro
durante
el
día.
No
hay
quien
recoja
a
los
muertos
y
allí
donde
caen
se
pudren,
llenando
el
aire
de
un
olor
insoportable...».
El
día
27
dos
regimientos
de
la
45ª
división
de
fusileros
cruzaron
el
Volga
para
reforzar
posiciones
entre
Barrikay
y
Octubre
Rojo.
Los
alemanes
desesperados
por
la
llegada
de
nuevos
refuerzos,
agotados
por
la
insoportable
tensión
de
los
combates
cuerpo
a
cuerpo,
atacaron
de
nuevo
Barrikady,
logrando
esta
vez
alejar
por
fin
a
los
rusos,
pero
ni
por
esas,
los
defensores
tomaron
posiciones
a
tan
sólo
500
metros
del
Volga,
resueltos
a
morir
antes
que
retroceder
un
metro
más.
El
ataque
alemán
agonizaba
por
tercera
vez,
a
medio
Km
del
Volga,
con
tan
sólo
la
acería
Octubre
Rojo
entre
ellos
y
los
embarcaderos
por
donde
el
62º
recibía
refuerzos,
el
ataque
del
6
ejército
alemán
daba
sus
últimas
boqueadas.
En
solo
dos
semanas
los
alemanes
habían
destruido
el
equivalente
a 7
divisiones
rusas,
ocupado
la
fabrica
de
tractores,
Barrikady
y la
mitad
de
Octubre
Rojo,
pero
eran
incapaces
de
ir
mas
allá.
El
62º
ejército
poseía
aún
el
10%
de
la
ciudad
y
los
alemanes
estaban
atascados,
sin
posibilidad
de
avanzar
y a
cientos
de
Km
de
sus
bases.
Se
había
producido
una
tregua
por
agotamiento.
Y no
era
eso
lo
peor,
lo
peor
para
los
alemanes
era
que
mientras
luchaban
hasta
la
extenuación
en
Stalingrado,
al
norte
se
iba
fraguando
lentamente
la
segunda
contraofensiva
rusa
de
invierno
que
acabaría
destruyendo
a
los
ejércitos
6º y
4º
panzer.
(ver
tercera
parte
del
artículo
en
esta
misma
web).